jueves, 25 de febrero de 2010

danza de los sanjuanences


“La nariz para don Luis, la cabeza para la Teresa, lo de adelante para el Comandante...”, así terminaron los días del Tigre, a manos del Viejo, quien después de implorar al Señor de la Caridad, pudo matarlo

danza de los diablos

La danza de los diablos no es exclusiva de Santiago Collantes, pero la interpretación que de tal danza se hace en ese lugar es la más conocida. Esta danza contiene elementos de orígen diverso. Algunos de ellos datan de la época Colonial, cuando surgieron las haciendas españolas en la Costa y emplearon la mano de obra de los esclavos negros. Los hombres y mujeres de raza negra fueron utilizados en las rudas jornadas de trabajo en el clima tropical de la Costa del Pacífico. Su fortaleza, considerablemente mayor a la de los indígenas, propició que muchos hacendados de la zona introdujeran esclavos negros que sustituyeron o se mezclaron con la población. Aunque las guerras que independizaron al país de la Corona Española tuvieron como una de sus consecuencias sociales la abolición de la esclavitud, este logro no se llevó a cabo de manera efectiva inmediatamente, sobre todo en las zonas más alejadas y de difícil acceso, como las haciendas oaxaqueñas y guerrerenses de la Costa. Aún después del término del sometimiento de indios y negros a los regímenes de encomienda y esclavitud, cuando fueron contratados como jornaleros siguieron viviendo en circunstancias similares a las que tenían siendo encomendados o esclavos. Durante el tiempo transcurrido desde que los negros fueron arrancados de su tierra y traídos a la Nueva España, hasta fines del siglo XIX, siempre conservaron elementos de identidad cultural que los unieron y les permitieron soportar el duro destino que la historia les asignó. Entre esos elementos, algunos son de carácter religioso y artístico. Cuando a principios del presente siglo estalló la Revolución Mexicana, un gran grupo de negros "Tenangos" (gente andariega) huyó de su condición de jornaleros mal pagados en diversas partes del país y se dirigió hacia la Costa Chica en busca de medios para embarcarse y retornar a Africa. Debido a que era un grupo numeroso les fue difícil conseguir medios suficientes para partir, por lo que aceptaron la oferta del hacendado Dámaso Gómez, quien los empleó como jornaleros en una despepitadora de su propiedad . Ahí se quedó el grupo por algún tiempo, que se pensaba sería corto. Mientras tanto continuaron con sus ritos religiosos, principalmente en honor al Dios Ruja, entre los que música y danza tienen un lugar destacado. Al poco tiempo llegó a Puerto Minizo un barco que transportaba a un grupo de sonorenses que huía de la guerra del norte del país. Se establecieron en la región y convivieron con los Tenangos, haciendo una mezcla interesante de tradiciones y costumbres que enriqueció sus formas de expresión, incluyendo a la Danza de los Diablos. La Danza de los Diablos es un ritual dedicado al espíritu del Dios Negro Ruja, a quien honraban y pedían ayuda para liberarse de sus duras condiciones de trabajo, es por eso que al inicio de la danza se le invoca con respeto y reverencia. Actualmente el concepto de adoración al Dios Ruja se ha reducido y sustituído por la veneración de los muertos, por lo cual se baila únicamente en el ritual católico de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, los días 1 y 2 de noviembre. En un principio se acostumbraba que los danzantes recorrieran las casas donde había altares de muertos, en donde bailaban y comían. Luego se iban por las calles del pueblo hasta llegar a la calle principal encontrando finalmente un árbol frente al Palacio Municipal, que era el punto de reunión de toda la comunidad. La danza se interpreta por un grupo de entre 16 y 20 personas que son todos los diablos, el jefe de éstos y la Minga, todos son danzantes masculinos. La influencia de los sonorenses es notoria tanto en el vestuario como en la ejecución de la danza. Los diablos se visten con ropas gastadas y rotas, en su mayoría de color café con flecos en los bordes. Usan paliacates rojos en diversas partes del cuerpo: en una mano, en la cintura en el cuello o en la cabeza. Todos llevan una máscara de madera con una cornamenta y pelo de crin y cola de caballo a manera de barba. El jefe de los diablos utiliza chaparreras y binza. La Minga usa una blusa tejida con un rebozo sobre los hombros, y una falda con flecos en la cintura y encajes blancos. Sostiene siempre una muñeca que representa a su hija. En el desarrollo de la danza los diablos forman dos hileras. El jefe, junto con la Minga, bailan hacia atrás y adelante del espacio que queda en medio. Los pasos son rápidos y violentos. Frecuentemente se agachan para después pararse súbitamente, giran y se agachan nuevamente. En otras ocasiones realizan giros y rotaciones zapateando con fuerza el piso, cada vez más rápido de acuerdo al ritmo de la música. El vestuario que utilizan, combinado con la altura y fortaleza de los negros, hace que den un espectáculo impresionante. En la región donde se practica la danza las madres cuidan a sus hijos pequeños cuando ven a los diablos recorrer las calles, ya que temen que se los lleven. Una particularidad interesante es el tipo de instrumentos que se usan en la interpretación de la música de esta danza: una armónica, una quijada de res y un "teconte" (especie de tambor con el que se producen sonidos rítmicos por fricción de una vara larga con la piel que lo cubre).

danza del toro del petate

Danza del Toro de Petate
Existe una gran variedad de danzas conocidas como "del toro" en diversas regiones del país. La versión de Santiago Collantes es alegre y llena de movimiento, además de estar inspirada en una historia de la localidad. Santiago Collantes es una Agencia Municipal de Santiago Pinotepa Nacional. Se encuentra localizada al sureste de la cabecera municipal. Tiene una población aproximada de 3,000 habitantes, quienes se dedican principalmente a la siembra y cardado del algodón, cultivo del maíz y las actividades comerciales. Los habitantes de la localidad no hablan ninguna lengua indígena, ya que la ascendencia principal de la mayoría de la població n es de origen africano. La danza del toro es una de las danzas más conocidas de la región. Se representó en el año de 1911 cuando el Presidente Francisco I. Madero visitó la comunidad. La gente del lugar, preocupada por darle una acogedora bienvenida, decidió interpretar una danza que caracterizara a la región. En una asamblea, la señora Doña Chucha Añorve propuso una danza relacionada con la historia de esas tierras, la historia de Don Pancho: "Yo no sé la fecha exacta, pero hace muchos años, toda la Costa Chica Oaxaqueña pertenecía a un sólo dueño, un español que vivía en la ciudad de Oaxaca llamado Francisco Acho. Se dice que era dueño de 24 ranchos de ganado vacuno y tenía como caporal a un español en cada uno de ellos, quienes se reconocían por el nombre del rancho, así se mencionaba al caporal de Rancho Alegre, caporal del Santísimo, caporal de Rancho Grande, etc. En esa época sucedió una revuelta entre los nativos y mestizos del lugar, por lo que Don Pancho comenzó a perder ganado y se trasladó al Rancho del Santísimo, en el que vivía su caporal de más confianza. Grande fue su sorpresa al darse cuenta de que ya no tenía ni una sola res, y que sólo quedaba en sus corrales un toro, un bonito semental muy bravo que había escapado ya de diez ganaderos que insistían en ser los dueños, como evidenciaban las marcas de diez hierros diferentes. Don Pancho, furioso, acusó a los ganaderos de la región, quienes eran gente que había trabajado para él y que le habían robado. Para hacer valer sus demandas llevó al toro al juzgado, pero como era muy bravo, tuvo que reunir a sus veinticuatro caporales para dominarlo". Esta historia sirvió de inspiración para la danza que fue mostrada al Presidente Madero, quien quedó muy complacido y bajó de la tribuna para saludar de mano a todos los danzantes. Además los exhortó a continuar representando la danza y se comprometió a enviarles una regalía. La gente del lugar no ha dejado de bailarla, al principio con la esperanza de recibir la regalía prometida, y más tarde porque se hizo una tradición representar la danza en las fiestas. Los trajes que se usan en la danza constan de pantaloncillos y camisa a la usanza española, los primeros hasta la altura de la rodilla, y la segunda de colores brillantes en tela satinada. Detrás de la camisa cuelgan escarchas brillantes de colores que le dan vida al conjunto del vestido. El jefe de los caporales utiliza una binza (instrumento de cuero de res muy duro empleado como látigo), chaparreras y un sombrero diferente que marca su jerarquía. También llevan una cuerda que en ocasiones utiliza para intentar lazar al toro. El resto de los danzantes, los caporales, portan un listón cruzado sobre el pecho con un moño en el cruce. Los sombreros son adornados con un lienzo brillante y se le ponen cuatro espejos, imitando todo el zarco de los españoles. Los caporales utilizan un machete ficticio colgado sobre el hombro derecho. La imagen de Don Pancho se hizo con una máscara que representa la piel blanca, mirada altiva, nariz aguileña, barba crecida y blanca. También se hizo la imagen de su esposa, María Domínguez, conocida como la Minga, cuya máscara imita piel blanca, ojos azules y cabellera rojiza; su vestido consiste en una falda larga y blusa de colores llamativos, lleva cargando una muñeca envuelta en un rebozo, la que representa a su hija. El toro se confecciona de carrizos con un forro de petate. Los arreglos de los sones se adecúan a las relaciones, las cuales están compuestas en forma de versos. La interpretación de la música es hecha generalmente por cuatro instrumentos de viento: dos trompetas y dos saxofones, acompañados de un tambor que marca el ritmo y que, cuando los caporales se enfrentan al toro, retumba solo,añadiendo suspenso e interés a la danza. Aunque el número de danzantes puede variar, por lo general son entre catorce y veinte, incluyendo al jefe de los caporales, a la Minga y al toro. En el desarrollo del baile el jefe de los caporales y Don Pancho bailan con la Minga (que es interpretada por un hombre), mientras que todos los caporales forman dos hileras o un círculo en pasos de danza de manera alternada, y el toro baila al centro. La historia que inspiró el nacimiento de esta danza se va desarrollando a través de los pasos dancísticos hasta que llega el momento de enfrentar al toro. Entonces, en medio de un círculo que forman los caporales, cada uno de ellos recita versos alusivos al festejo o a las personalidades presentes en la fiesta, y después ataca al toro, el cual embiste furiosamente. El violento choque de las espadas de madera con el toro de carrizo es vistoso y estremecedor, y constituye el clímax y la culminación de la danza.

danza del torito pinto

La danza del Torito Pinto es muy antigua y nos muestra claramente la evolución efectuada en los dos estilos al mesclarze. Se distingue la supervivencia de la melodía indígena en algunos especímenes, pero vertida al ritmo cortesiano. El escritor americano Braseur de Bourbourg al publicar las danzas recogidas en Nicaragua, les dio el título de: Aires indígenas con acompañamiento español. La danza del Torito Pinto es una pantomima con baile y canto, imitando o interpretando a su manera una corrida de toros española. Son doce los integrantes entre hombres y mujeres; van vestidos pintorescamente con colores llamativos, sombreros adornados con flecos y flores de papel. El que hace de torito, lleva un casquete imitando al animal con cabeza de toro, asegurado a la cintura; él baila en medio del círculo que hacen los del grupo. Todos llevan un pañuelo rojo con el que azuzan al torito, y éste demuestra su gallardía en los rodeos de la danza.
Uno de las danzas del torito más pintorescas se lleva a cabo en San Antonio Abad, San Salvador, que celebran la fiesta del Patrono del Pueblo en la octava del día de San Antonio Abad, pues la propia fecha se celebra en el pueblo de Cuscatancingo.
Integran el grupo de baile del torito un bailador ágil,( se tiene que haber masturbado mas que una ves) que se mete asegurado a la cintura un armazón que simula la forma de un torito, forrado de tela pintada, con la cabeza de cartoncillo encolado y pintado de culquier color, generalmente rojo. El torito baila de forma muy original, lleva un ritmo cadencioso y elegante en compás de 6/8 y hace alarde de piruetas y agilidad imitando la nerviosidad de movimientos del gallardo cuadrúpedo, cuando es lidiado en una corrida.
El pito y el tambor acompañan el baile con un son, en ritmo de seis octavos muy picado y movido; la melodía es de lo más sugestiva y animadora, despertando en el oyente ese entusiasmo y alegría tan inmediatos al escuchar música con influencia española.
Es una danza cerrada en forma circular; ni un solo momento a pesar de las toreadas del grupo o las embestidas del torito, pierden el paso ni el estilo cadencioso y cerrado de la danza.

danza del sol

La Danza del Sol es una ceremonia espiritual practicada desde hace siglos por algunas de las Naciones Indias Norteamericanas. Cada tribu tiene su propia forma de realizar el ritual, aunque la mayoría de ellas tienen cosas en común tales como la danza, el canto o el rezo. También es común cocar tambores y realizar ayuno. En algunos casos el ritual incluye un tipo de piercing que consiste en introducir en el pecho, los brazos o la espalda un hueso afilado produciendo un desgarro en la piel. En muchas de las Danzas del Sol que se realizan a lo largo del continente americano se considera irrespetuoso tomar fotos, para favorecer la privacidad de los participantes.
Los primeros occidentales que conocieron esta ceremonia se sorprendieron sobre todo por la práctica del piercing que consideraban una brutalidad. La explicación más común a esto, desde el punto de vista de los danzantes, es que se trata de una ofrenda de carne, entregada como parte de un rezo para pedir por la familia o la comunidad. Los ancianos indígenas explican como, para la mente occidental, es difícil comprender un acto como la ofrenda de carne. Según ellos, no supone ningún sufrimiento para quien lo realiza, sino que se trata de un acto generoso de entrega y comunión con Dios y lo sagrado.
El gobierno de Canadá prohibió algunas de las prácticas de la Danza del Sol durante el Siglo XVII, y los Estados Unidos hicieron lo mismo en 1904. En la actualidad esta ceremonia sagrada es de nuevo completamente legal (desde la presidencia de Jimmy Carter en los Estados Unidos).
Aunque es originaria de Norteamérica, actualmente se practica, además de en EE. UU., México y Canadá, en países americanos más al sur como Brasil, y otros. El diseño de la ceremonia ha sido conservado por los chamanes fiel al original durante siglos, si bien hoy en día es una ceremonia espiritual abierta, en la que participan tanto indígenas como no indígenas. Es habitual también que haya danzantes de diversas nacionalidades, continentes y razas, como reflejo de la expansión que desde los años 90 está teniendo la cultura espiritual de los nativos americanos en todo el mundo, muy similar a la que se produjo dos décadas antes con el Budismo desde Asia hacia occidente.

danza del vientre

La danza del vientre es una danza que combina elementos tradicionales de Oriente Medio junto con otros del Norte de África.
En árabe se la conoce como raqs sharqi رقص شرقي ("danza de oriente") o en ocasiones raqs baladi رقص بلدي (danza "nacional" o "folk"). El raks baladi es una danza muy elemental, prácticamente sin desplazamientos y con movimientos principalmente de cadera. A la evolución de esta danza se la llama danza del vientre o raks sharki en Egipto.
El término "belly dance" (en español 'danza del vientre') es según algunos una mala transcripción o transliteración del vocablo que designa el estilo de danza beledi o baladi y suele atribuirse a Sol Bloom, director de espectáculos en la Exposición Universal de Chicago de 1893.
El raks sharki incluye movimientos del folclore egipcio, danza clásica y contemporánea, con grandes desplazamientos, vueltas y movimientos de todas las partes del cuerpo, pero sobre todo de la cadera.
En Turquía, a la danza del vientre se la conoce como gobek dans o rakasse (ritmo turco).

danza de los arcos

La Danza de Arcos de Cariño (municipio) es una danza secular que se trenza como homenaje a la patrona del mar, como es la Virgen del Carmen, o al patrón de la localidad, en este caso San Bartolomé.
Desde tiempos inmemorables los marineros de Cariño rinden homenaje a sus patrones con una danza que se compone por un número impar de hombres ataviados con una vestimenta blanca adornada con unos lazos de colores en su hombro izquierdo, una banda cruzada de derecha a izquierda que puede ser de distintos colores y un pañuelo floreado a la cintura.
El que va delante, denominado guía, es el encargado de sincronizar los movimientos con el último, denominado cola. Estos dos bailarines se distinguen por llevar un mantón de Manila.
Este baile fue llevado a otros pueblos de Galicia como por ejemplo Camariñas por gente de Cariño que se trasladaron a hacer su trabajo de marineros, como fueron los hermanos Crisanto, Andrés, Gervasio Martínez, los del Peitudo, los del Canteiro, etc que se encargaron de llevar este baile por los distintos pueblos marineros.
El cargo del guía, al que puede optar cualquier bailarín, fue ostentado durante los tiempos por el tío Peitudo, Andrés del Canteiro, Antonio del Jalucho, Antonio O Cavicho, Torrente, Donato, ...
Los arcos de madera adornados en forma de flor de papel son movidos al compás de la música haciendo distintas filigranas e formas que tanto caracterizan este baile.
Los distintos pasos con bailes se denominan Puente Alto, Puente Bajo, Culebrina, Caracol, Paseo Largo y Nudo.